lunes, 14 de julio de 2014

¿Qué es un plan territorial sostenible?

Los espacios urbanos y rurales cada vez conviven con una mayor armonía, y saber entender qué principios rigen en la gestión ambiental para que uno no acabe con el otro pueden ser esencial para la conservación de los espacios verdes y adaptados a lo largo y ancho del territorio. No son muy conocidos, pero existe la opción de cursar un máster en gestión ambiental para complementar ciertas formaciones de planificación estratégica y ética de espacios.

Saber entender los recursos de los que dispone cada región es uno de los pilares de cualquier plan territorial. La sostenibilidad y la ética se deben combinar, además, para aportar un componente de estabilidad en el largo plazo que asegure la convivencia del territorio.

Esbozar una planificación territorial estratégica significa pensar en la distribución y recursos presentes, adaptándola a la evolución y necesidades futuras. ¿Cuál es la tasa de natalidad de la región a la que afecta la gestión ambiental? ¿Y la de mortalidad? ¿Qué tipo de alimentación es más habitual en la zona? ¿Y deseable? ¿Alguna tendencia en auge en los últimos años o décadas que deba contemplar la planificación?
Asegurar el desarrollo local y sus características propias puede convertirse a largo plazo en una fuente de ventaja territorial respecto otras localidades sin una adecuada estructura geográfica que armonice los intereses de la sociedad y del territorio.

La sostenibilidad es otra de sus piezas maestras, pues tampoco será adecuado un plan territorial si no encuentra el equilibrio entre la capacidad de producción o la distribución eficiente, y aquello que se pretenda elaborar o para lo que deban servir los recursos existentes. Hay casos obvios, pero en otras ocasiones, el afán por cambiar el paisaje o el tipo de turismo de cualquier zona ha provocado desgastes y derramas derivadas de la malversación de fondos, la mala planificación y la destrucción o deterioro del medio ambiente.

De eso trata un plan territorial sostenible, de un constante equilibrio entre deseos, aspiraciones y necesidades, donde uno de los protagonistas no puede dejar de ser en ningún caso el propio medio ambiente.

miércoles, 2 de julio de 2014

¿De dónde viene el término manzana en urbanismo?

La palabra “manzana” para referirse a un bloque de edificios está ampliamente extendida como mote habitual en el territorio español. El gran estandarte de las manzanas como sistema de urbanismo es Barcelona, donde el barrio del Eixample fue especialmente diseñado siguiendo este modelo inspirado en la época feudal.
Ildefons Cerdà fue el encargado de diseñar el plan y llevarlo a la realidad a través de la consecución de islas de casas de forma octogonal y rodeada de calles que, a su vez, guardaran en su interior espacios verdes que se convirtieran en parques para los vecinos de la zona.
Si has estado buscando piso o quieres alquilar una casa en Barcelona, seguramente te hayas planteado el Eixample como uno de tus posibles hogares. No en vano, gracias al plan Cerdà, el Eixample se ha convertido en uno de los barrios más cómodos de la ciudad para conducir o bien para vivir. Uno se puede orientar fácilmente a través de las calles, pues todas ellas son perpendiculares o paralelas entre sí, y no hay ramales o desviaciones que imposibiliten la comprensión a no ser que se viva en la zona y se conozca al dedillo. Por todo ello, el alquiler de casas en Barcelona tiene en el Eixample uno de sus puntos más álgidos tanto a nivel de oferta como especialmente de demanda. Podríamos decir que el alquiler en Barcelona puede estar más o menos de moda, pero por ahora la que no decae es la zona central del Eixample, además de por sus características mencionadas, por la gran cantidad de enlaces y posibilidades existentes en lo referente al transporte público. Estar en el centro de la ciudad, además, hace que los desplazamientos a cualquier rincón de la ciudad sean más cortos, otro hecho que encarece de algún modo el precio de las casas en alquiler en el Eixample de Barcelona.
Para acabar, decir que el plan Cerdà no fue construido íntegramente según la planificación, y la mayoría de espacios verdes que se planearon no han sido realizados en el interior de las manzanas. Tampoco la limitación de número de pisos por edificio se ha acabado cumpliendo, viviendo una ampliación pasados los años que además de oscurecer las calles de la zona una poco más, supone un cambio de estilo arquitectónico más que evidente a la hora de contemplar las fachadas de cada calle y bloque de edificios. Una pena.